Hablar de Pepe Molina es hablar de alguien familiar, alguien comprometido, alguien de profunda fe que caminó por los golpes de este mundo abrazado a su Santísimo Cristo de la Fe y a sus enseñanzas.
Creó una familia con 4 hijos junto a una mujer Paquita, a la que adoraba, y junto a ellos vivieron en diferentes lugares de nuestra España. Finalmente se asentaron aquí en Paterna y su relación con nuestra comunidad parroquial se incrementó acompañando a su mujer como clavariesa mayor de “la Mare de Deu d’Agost”, también como clavario, miembro de la Hermandad del Ecce Homo, cofrade del Stmo. Cristo de la Fe i San Vicente Ferrer y como portador de la imagen.
Al faltar su mujer se acercó más al Señor encontrando en él el consuelo de su pérdida y el alivio de sus problemas de vista y salud. Su carácter cordial y afectivo le hizo ayudar a aquellos que lo necesitaban sin preguntar ni cuestionar el destino de sus donaciones. Siempre con palabras de cordialidad, de aliento, de fraternidad e intentando mediar en cualquier conflicto.
Hombre de profunda y frecuente confesión, pasó al padre, como bien nos lo recuerdan D. Juan y D. Francisco, de los pies del Cristo al Cielo, pues se encontraba en la eucaristía diaria cuando se sintió indispuesto. Murió el 25 de marzo de 2019.
Mt 16, 24-25: Entonces dijo a los discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará”.
Memorial por Fran Simón