Confidencias de octubre: el Santo Rosario

Señor: en el mes que la iglesia lo dedica a la Virgen en su advocación del Rosario, aparecen en mi interior pensamientos que me confunden. Por un lado veo que los gobiernos de las naciones no encuentran soluciones para acabar con las guerras, el hambre, y la matanza, pero tampoco aceptan la propuesta de la Virgen, tu madre y la mía, por conseguir la armonía y la paz. "Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra. Al final mi Corazón Inmaculado triunfará". 

El papa León XIII, promotor del rosario, rezó para que "las naciones sumidas en el error puedan volver a la enseñanza y los preceptos cristianos, en los que está el fundamento de la seguridad pública y la fuente de la paz y la verdadera felicidad". Rezar el rosario, continúa diciendo el Papa, no es otra cosa que "contemplar el rostro de Cristo porque se nutre directamente de las fuentes del Evangelio. El rosario, es: la oración de los sencillos y de los santos. Rezar el rosario es estar acompañando a María, sentir los latidos de su corazón, contemplar los misterios de Jesús en la presencia de la Madre, la Esclava del Señor, la fiel hasta el pie de la cruz."

El papa Francisco conocedor de los llantos de tantos hijos de la Iglesia que hoy sufren persecuciones e injusticias, aconseja rezar el rosario porque: "es un arma poderosa contra el mal, y un medio eficaz para obtener la verdadera paz en el mundo y en nuestros corazones."

Tu amor maternal no cesa en manifestarse en las muchas apariciones y hoy suenan proféticas las palabras de san Juan Pablo II: "Deseo encomendar a la oración del Rosario una vez más, la causa de la paz. Estamos ante una situación internacional llena de tensiones, en ocasiones incandescentes. En algunas partes del mundo, donde el enfrentamiento es más fuerte -pienso en particular en la martirizada Tierra Santa de Cristo- que poco sirven los intentos de la política si los ánimos permanecen exacerbados."

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Madre: en medio de esta tormenta de males nos pides insistentemente que recemos "con más vehemencia a Dios" invitándonos a la conversión, a la oración y al ayuno para que por tu intercesión se consiga de tu hijo Jesús , la unión de los cristianos , la paz del mundo y la misericordia divina . "Cuando se alborote tu alma, el ambiente familiar o el profesional, la convivencia en la sociedad o entre los pueblos, no ceses de aclamarla rezando el Rosario. "El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá."

Sea por siempre bendito y alabado