Novedades de Taizé en Paterna

Comenzaron los testimonios:

El 29, como ya comentáramos, el de Pilar Soriano, psicóloga del Proyecto SARA: explicó en qué consiste el proyecto, y luego habló de su propia implicación en él. Reproducimos esa sección final, ya que el proyecto en sí ya está explicado en esta misma web:

«Mi colaboración en Cáritas y más en concreto en el Proyecto Sara:

-    Me permite crecer como persona, como profesional y tomar mayor consciencia de mi responsabilidad social. Nada cambia en este mundo si uno no empieza primero por conocer y luego por actuar.
-    Potencia en mí valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la gratitud y la generosidad.
-    Me ayuda a valorar más lo que tengo y no quejarme continuamente de lo que no tengo.
-    Me enriquece el poder conocer y comprender distintas culturas
-    Las personas con las que trabajo me transmiten y admiro su espíritu de lucha, su coraje y su resistencia ante la adversidad.
-    Siento que recibo más de lo que puedo dar.
-    Me genera una gran satisfacción personal porque sé que estoy haciendo cosas que permiten que algunas personas, en especial las más desfavorecidas, consigan estar mejor, o al menos, aliviar su malestar.
-    No hay nada más gratificante que compartir, escuchar, entender, pararse a sentir su dolor, la indignación y la alegría de las personas que tenemos al lado.
-    El voluntariado en Cáritas es más que una opción filantrópica, es una vocación, es una llamada de Dios a vivir el amor, acercándonos a las personas que sufren. Es un compromiso por la justicia y la solidaridad con la esperanza compartida de que es posible la construcción de un mundo mejor.»

Hoy, día 30, tuvimos un testimonio difícil de resumir: Ana, de Pastoral de la Salud y Sole, iniciadora de pastoral de la salud en San Pedro, y en la actualidad enferma y receptora de esta pastoral, hablaron no sólo de lo que hacen en este ámbito, sino fundamentalmente de lo que sienten en ello, y Sole se expresó con muy emotivas palabras sobre la realidad del enfermo como espejo en el que podemos contemplar a Jesús doliente.

Reproducimos las palabras de Ana Carmen, advirtiendo que lo más intenso de este rato no fueron tanto las palabras cuanto la comunicación emocional que se entabló entre los participantes, que hizo incluso difícil terminar la traducción al inglés.

«Cuando conocí a Sole, ella ya iba a visitar a todos los enfermos o ancianos que conocía; me invitó a ir con ella y accedí encantada.
Al poco D. José Luis, el cura párroco, invitó a otras personas a que también visitaran enfermos y a darle mayor organización a la pastoral de la salud. Y así se hicieron varios grupos, y fuimos constituidos los miembros en ministros extraordinarios de la comunión. Cada grupo visita a los enfermos más próximos, les hacemos compañía, rezamos con ellos, les llevamos la Comunión, y si es posible coordinada con la misa televisada. Además hacemos de enlace para avisar al sacerdote cuando algún enfermo necesita confesión.
Una vez al mes acudimos a la comisión diocesana donde nos dan una charla formativa, impartida por médicos, enfermeros, profesores de la Universidad Católica o sacerdotes.
El día 11 de febrero es la jornada mundial del enfermo, aunque en nuestra diócesis las jornadas del enfermo se realizan hacia mayo: hay actividades diocesanas, a las que también acudimos, y se hace en nuestra parroquia un día en el que se imparte el sacramento de la Unción de los enfermos, a todos los que estén enfermos o estén ya en la edad canónica en que pueden pedirlo incluso sin estar enfermos (más de 60 años). 
Es un día de gran fiesta: se anuncia en todas las misas y animamos a todos a participar. Es una jornada muy emotiva, en la que los enfermos se encuentran con toda la parroquia y son los protagonistas. Procuramos que ninguno quede sin poder venir al templo, por eso, si nadie los puede traer, los buscamos nosotros mismos, y luego los llevamos a sus casas.
Su enfermedad nos acerca a Cristo doliente, pero no con tristeza, sino con la alegría de compartir y estar en comunión.»

Al finalizar la mañana, la oficina de turismo del Ayto tuvo a bien abrir fuera de horario la Torre para los peregrinos que desearan conocerla, así que acompañados por Fran Simón, un nutrido grupo pudo apreciarla por dentro, y para coronar una mañana llena de emoción, dos peregrinos polacos Cezary y Kamila, que venían ya como novios, se entregaron públicamente en la torre anillos de compromiso.