Recuerdos de la peregrinación mariana parroquial

Un grupo de 46 personas de nuestra parroquia han vivido este mes de septiembre, del 1 al 4, una peregrinación a distintos santuarios. 

Iniciamos con la visita a Daroca donde pudimos ver y adorar el sagrado misterio de los corporales ensangrentados. Nos dejó impresionados este milagro eucarístico que ocurrió muy cerquita de aquí, en Llutxent, en  febrero de 1239. Dimos infinitas gracias por la presencia real de Jesús en la Eucaristía que aquí incluso se ve físicamente a través de las sagradas formas convertidas en Sangre.

En la tarde, celebramos la Eucaristía en la Basílica del Pilar de Zaragoza. D. Juan, nuestro párroco nos invitaba a acoger a Jesús que seguro estaría muy cercano en esta peregrinación, como lo hizo María. 

En la noche pudimos apreciar la belleza de Jaca y descansar de un día intenso Eucarístico y Mariano.

El segundo día de peregrinación se inició con la visita a san Juan de la Peña, monasterio de gran belleza natural y especial sentimiento para nosotros ya que se veneró aquí durante unos 700 años, el Santo Caliz de la Última Cena de Cristo y que conservamos, según una larga tradición, en la Catedral de Valencia. Acabamos el día llegando a Lourdes y participando del Rosario y procesión de antorchas, eso sí, bajo una suave lluvia y fresco de la noche pirenaica.

Nuestro sábado mariano en Lourdes se inició al despuntar el día con la Eucaristía en la gruta de las apariciones de la Virgen María a Bernardette  Soubirous. Seguimos con el via-crucis monumental, la adoración al Santísimo en la tarde que vivimos con mucha emoción en el alma, y el santo rosario con procesión de antorchas, esta vez sin el paraguas. Tuvimos además tiempo para recoger un poquito de agua del manantial puesto por la Virgen, algunas compras y agradables paseos a los pies de los Pirineos.

El domingo al mediodía visitábamos el santuario de la Virgen de Torreciudad, cerquita de Barbastro. Nos acogieron con amabilidad, tras una explicación y audiovisual celebramos la Eucaristía que culminó con la emoción de cantar el Himno de la Coronación de nuestra Mare de Déu dels Desamparats en este año centenario.

Con experiencias fraternas de auténtica familia cristiana, hermosas vivencias en la Fe y una feliz convivencia y comodidad de servicios organizados para tal fin, volvimos dando gracias a Dios por esta experiencia tan profunda. Ciertamente una peregrinación que nos tocó el corazón a todos en más de un momento.

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