Cancionero de Cuaresma

Al atardecer de la vida
Cerca de Ti, Señor
Comiendo del mismo pan
Dios es fiel
Hacia ti, morada santa
Madre de los creyentes
Magnificat
Oh José, oh José de la iglesia patrono
Perdona a tu pueblo, Señor
Por los caminos sedientos de luz
Por los niños que empiezan la vida
Señor, te ofrecemos el vino y el pan
Sí, me levantaré
Ved la Cruz de salvación
¡Victoria! ¡Tú reinarás!

 


Al atardecer de la vida
me examinarán del amor. (2)

Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento dí de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar le quise acoger.

Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermos
me encontraron en su dolor.

Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy,
aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.

Cerca de Ti, Señor,
yo quiero estar,
Tu grande eterno amor,
quiero gozar.
Llena mi pobre ser,
limpia mi corazón,
hazme tu rostro ver,
en la aflicción.

Mi pobre corazón,
inquieto está,
por esta vida voy,
buscando paz.
Mas solo Tú, Señor,
la paz me puedes dar.
Cerca de Ti, Señor,
yo quiero estar.

Pasos inciertos doy,
el sol se va;
mas, si contigo estoy,
no temo ya.
Himnos de gratitud
alegre cantaré,
y fiel a Ti, Señor,
siempre seré.

Día feliz veré
creyendo en Ti,
en que yo habitaré
cerca de Ti.
Mi voz alabará
tu santo Nombre allí,
y mi alma gozará
cerca de Ti.

Comiendo del mismo pan,
bebiendo del mismo vino,
queriendo en el mismo amor,
sellamos tu alianza, Cristo.

La noche de su Pasión
tomó el Pan entre sus manos,
y dijo: "Tomad, comed;
esto es mi cuerpo entregado".
La noche de su Pasión
tomó el Cáliz en sus manos,
y dijo: "Tomad, bebed;
es la Sangre que derramo".

La noche de su Pasión
Nos dio el Señor su Mandato:
"Amaos unos a otros,
lo mismo que yo os amo".

Dios es fiel,
guarda siempre su alianza
libra al pueblo de toda esclavitud;
su palabra resuena en los profetas,
reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha
por el desierto ardiente,
horizontes de paz y libertad,
asamblea de Dios, eterna fiesta
tierra nueva perenne heredad.

Si al mirar
hacia atrás somos tentados
de volver al Egipto seductor,
el Espíritu empuja con su fuerza
a avanzar por la vía del amor.

Hacia Ti, Morada Santa,
hacia ti, tierra del Salvador,
peregrinos, caminantes,
vamos hacia Ti.

Venimos a Tu mesa,
sellaremos Tu pacto,
comeremos Tu carne,
Tu sangre nos limpiará.

Reinaremos contigo,
en Tu morada santa,
beberemos Tu sangre,
Tu fe nos salvará.

Somos Tu pueblo santo,
que hoy camina unido,
Tú vas entre nosotros,
Tu amor nos guiará.

Tú eres el camino,
Tú eres la esperanza,
hermano entre los pobres.
¡Conducenos Señor!

Madre de los creyentes
que siempre fuiste fiel,
Danos tu confianza, danos tu fe (2)

Magnificat

Mi alma glorifica al Señor,
mi Dios
Gózase mi espíritu en mi Salvador
Él es mi alegría, es mi plenitud,
Él es todo para mí.

Ha mirado
la bajeza de su sierva
muy dichosos
le dirán todos sus pueblos
porque en mí
ha hecho grandes maravillas
el que todo puede
cuyo nombre es santo.

Su clemencia
se derrama por los siglos
sobre aquellos
que le temen y le aman
desplegó
el gran poder de su derecha
dispersó a los que
piensan que son algo.

Derribó
a los potentados de sus tronos
y ensalzó
a los humildes y a los pobres
los hambrientos
se saciaron de sus bienes
y alejó de sí
vacíos a los ricos.

Acogió a Israel
su humilde siervo
acordándose
de su misericordia
como había prometido
a nuestros padres
a Abraham y descendencia
para siempre.

Oh José, oh José de la iglesia patrono,
Padre amante de su Fundador.
Guíala, guíala con tu mano amorosa:
¡Llévala, llévala hasta Cristo el Señor!
Guíala, guíala,
guíala con tu mano amorosa:
¡Llévala, llévala!
¡Llévala hasta Cristo el Señor!
¡hasta Cristo el Señor!

Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Por tu poder y amor inefable,
por tu misericordia entrañable,
Perdónanos, Señor.

Somos el pueblo que has elegido,
y con tu sangre lo has redimido,
Perdónanos, Señor.

Reconocemos nuestro pecado,
que tantas veces has perdonado,
Perdónanos, Señor.

Dios de la fiel y eterna Alianza,
en Ti ponemos nuestra esperanza,
Perdónanos, Señor.

Desde la cruz nos diste a tu Madre,
vuélvenos al abrazo del Padre,
Perdónanos, Señor.

Por los caminos sedientos de luz
Levantándose antes que el sol
Hacía los campos que lejos están
Muy temprano se va el viñador

No se detiene en su caminar
No le asusta la sed ni el calor
Hay una viña que quiere cuidar
Una viña que es todo su amor

Dios es tu amigo el viñador
El que te cuida de sol a sol
Dios es tu amigo el viñador
El que te pide frutos de amor

Él te protege con un valladar
Levantado en tu derredor
Quita del alma las piedras del mal
Y ha elegido la cepa mejor

Limpia los surcos con todo su afán
Y los riega con sangre y sudor
Dime si puede hacer algo más
Por su viña el viñador

Dios es tu amigo...

Por los caminos sedientos de luz
Llevantándose antes que el sol
Hacía los campos que lejos están
Muy temprano se va el viñador

Solo racimos de amargo sabor
Ha encontrado en tu corazón
Dime si puede esperar algo más
De su viña, el viñador

Dios es tu amigo...

Por los niños que empiezan la vida,
por los hombres sin techo ni hogar,
por los pueblos que sufren la guerra,
te ofrecemos el vino y el pan.

Pan y vino sobre el altar,
son ofrendas de amor.
Pan y vino serán después
tu cuerpo y sangre Señor.

Por los hombres que viven unidos,
por los hombres que buscan la paz,
por los pueblos que no te conocen
te ofrecemos el vino y el pan.

Señor, te ofrecemos el vino y el pan
así recordamos la cena pascual.

Porque tú sólo eres bueno, Señor,
queremos cantar
tus misericordias,
¿quién podrá cantar?.

Sólo tú eres nuestro auxilio Señor,
tú nos salvarás.
Tus misericordias,
¿quién podrá cantar?

Sí, me levantaré,
volveré junto a mi padre.(2)

A Ti, Señor, elevo mi alma.
Tú eres mi Dios y mi Salvador.

Mira mi angustia, mira mi pena.
Dame la gracia de tu perdón.

Mi corazón busca tu rostro.
Oye mi voz, Señor ten piedad.

A ti Señor te invoco y te llamo.
Tú eres mi roca, oye mi voz.

No pongas fin a tu ternura.
Haz que me aguarde siempre tu amor.

Sana mi alma y mi corazón
porque pequé, Señor, contra Ti.

Piedad de mí, oh Dios de ternura,
lava mis culpas, oh Salvador.

Tú sabes bien Señor mis pecados,
ante tus ojos todos están.

Como el vigía espera la aurora,
así mi alma espera al Señor.

Ved la Cruz de salvación
donde Dios nos dio la vida.
Precio de la Redención
de la humanidad caída.

Cruz de Cristo Vencedor;
te adoramos, Salvanos.

Ara donde se inmoló
el Cordero inmaculado.
Cristo, en ti, nos redimió
de la muerte y del pecado.

Arbol santo e inmortal,
son tus frutos redentores.
Gracia y luz, perdón y paz,
brindas a los pecadores.

Nave firme en el luchar
con las olas de la vida.
Faro en nuestro navegar
a la Patria Prometida.

Santo emblema del amor,
fiel recuerdo del Amado.
Cruz que dice al pecador,
la malicia del pecado.

Santa Cruz de Redención,
arco iris de la Alianza.
Signo eterno del perdón,
fuente viva de esperanza.

¡Victoria! ¡Tú reinarás!
¡Oh Cruz, tú nos salvarás!

El Verbo en ti clavado
muriendo nos rescató,
de ti, madero santo
nos viene la redención.

Sobre esta tierra oscura
derrama tu claridad,
oh Cruz, fuente fecunda
de amor y de libertad.

Tu luz señala el rumbo
al pobre que descarrió;
tus brazos lo conduzcan
al puerto de salvación.

Tus brazos nos reúnan
en ronda de caridad,
con todos los hermanos
que buscan en ti la paz.

La gloria por los siglos
a Cristo libertador,
su cruz nos lleve al cielo,
la tierra de promisión.