San José, modelo de adorador

Señor: tu Providencia actúa en cada ser humano y antes de que existiéramos ya tienes previsto la misión que debemos cumplir. Nada para ti es casual ni fortuito, todo es providencial. En este mes la Iglesia recuerda a San José, el hombre, que fuera elegido por la Trinidad para ser el Custodio de la Sagrada Familia, y al que concedisteis las gracias necesarias para llevar a cabo su misión. "A los que Dios elige para algo, los prepara y dispone de tal modo que sean idóneos para ello".

No le fue fácil aceptar esa propuesta, ya que su "si" conllevaba creer en algo que humanamente era imposible: la maternidad de una virgen y la encarnación del Hijo de Dios. Te sirves de personas, lugares y aconteceres para hacer llegar tus designios, nombrándoles tus mensajeros. "hace de los vientos sus mensajeros y de las llamas de fuego sus ministros". A José, el humilde carpintero de Nazaret, le revelas tu voluntad a través de los sueños. "Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado". "A Dios no le gusta revelarse de forma espectacular, forzando nuestra libertad". José como "hombre justo", hombre de fe y obediente, acató la propuesta de Dios aunque no la entendiera. "No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 

El Papa Francisco comenta que "San José se dejó guiar por los sueños sin vacilar, porque su corazón estaba orientado hacia Dios, ya estaba predispuesto hacia Él. A su vigilante "oído interno" sólo le era suficiente una pequeña señal para reconocer su voz". 

 Señor, ante los aconteceres que llegan a mi vida y que contrarían mi voluntad, debo preguntarte: ¿qué quieres de mí? ¿Qué buscas a través del dolor, la felicidad, el accidente o la contrariedad? Todo tiene sentido para ti, y aunque no entienda tu mensaje, debo confiar en tu Providencia porque tus miras son eternas y siempre buscas mi bien. Hazme entender que para ser un buen adorador debo imitar a José, siendo obediente a tu voluntad, pasar desapercibido y estar siempre a la escucha.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

San José: Custodio de la Sagrada Familia, imploramos tu intercesión para que defiendas las familias de los que quieren dividirlas o destruirlas. De cuantos quieran apartarlas de Jesús y María. Preserva de los peligros que acechan a nuestra descendencia y condúcelos por el camino de la paz y la entrega. Que aumentes el número de almas que te adoren ante el Santísimo Sacramento. Sé el consuelo de los que sufren, esperanza de los afligidos y amparo de los moribundos.

Sea por siempre bendito y alabado