Confidencias sobre el sacerdocio

Señor: seguir los ritos de la Ordenación sacerdotal de un ser cercano, me hizo ver tu deseo de servirte de los sacerdotes para implantar tu reino en la tierra, al tiempo que me pides que : "Ruegue al Señor de la mies que envíe obreros a su mies". Tu amor por el ser humano te lleva a concederles un poder sobrenatural: "A quien perdonéis los pecados les serán perdonados. Haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo."

Ese poder lo has puesto en manos de barro y solo Tú conoces los motivos para haberles elegido. El mundo no les concede ningún privilegio social, por el contrario les someten a críticas severas y aunque no son de este mundo les dices que deben estar pegados a él para liberarle de sus errores. 

Señor: no te pido que mandes muchos sacerdotes sino que a los que llames sean almas celosas de su misión. Que la manifiesten en su pensar y en su actuar. Que nos motiven para atender y amar a los más necesitados. Que luchen contra la injusticia pero que les reconozcamos por ser hombres de oración y por verles postrados ante el sagrario. "El que tengamos tantas novicias, decía la madre Teresa de Calcuta, es debido a que aprecian nuestra vida de oración y porque dedicamos cuatro horas del día a rezar." 

Señor: confío tanto en el Espíritu Santo y en tu Providencia que no me asusta que los seminarios no estén llenos, que el número de sacerdotes ordenados sea menor a los que fallecen, y que tengan que multiplicar sus cometidos. Te pido muy especialmente por aquellos que caigan en conductas contrarias a su misión y que su dedicación social les robe tiempo para atender el confesionario. Te pido para que todas sus obras se las encomienden a la Virgen y que esa devoción sea el sustento de su vocación. "Si creéis que algo va mal -dice el padre Faber- mirad en qué nivel os encontráis en vuestra devoción a la Santísima Virgen." 

Señor: cuando aparecen noticias contrarias al ministerio sacerdotal, pienso que en algo he fallado yo como seglar. Parte de la culpa que se atribuyen a los sacerdotes, nace por mi falta de colaboración, por aislarles socialmente y por pensar que el "id por todo el mundo a predicar el evangelio" solo les compete a ellos. Sembrar y recoger la mies es misión de toda la Iglesia y no lo limitaste a gentes y lugares. Aún así, quedarán muchos territorios donde no se pueda sembrar y mieses que no se puedan recoger por falta de operarios

Señor, que como decía el santo Cura de Ars, "que vea en el sacerdote un regalo tuyo y el amor del corazón de Jesús reflejado en nosotros". Que den fruto donde vayan. Que estén mis manos disponibles cuando las suyas estén ocupadas. Que hagan del altar el eco de tu voz y sea yo su continuidad en mi ambiente.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Señor: Que el poder de perdonar los pecados, de hacerte presente en el altar, y de presentarte como ofrenda al Padre, lo trasmitan con la humildad que aconseja San Pablo: "que no se precien de saber nada sino de Jesucristo y éste crucificado". Que cuando les veas abatidos, ilusiónales por haberles llamado por su nombre, porque cuentas con ellos para continuar la obra del Padre, y lo más importante, porque les has herido con tu amor y eso es señal de tu predilección. 

Sea por siempre bendito y alabado