Siguiendo la tradición de años anteriores, la parroquia peregrinó a Benigánim para unirnos a los actos de la festividad de la Beata Inés. Salimos en el momento que el reloj de la torre del Calvari daba las ocho y media, en una mañana nublada y tristona que contrastaba con la alegría con la que nos recibió Don Juan. Durante el trayecto, nuestro párroco expuso las grandes virtudes que adornan a la religiosa agustina descalza, resaltando su profunda humildad, su sencillez y un deseo de hacer el bien a todos, en especial a enfermos y pecadores.
Nos contaba Don Juan, que a pesar de que la Beata no sabía leer ni escribir, el Espíritu Santo la colmó de sus dones y frutos, convirtiéndola en consejera de reyes, gobernadores, e incluso de teólogos. La devoción que desde niño tiene D. Juan por la Beata, y su facilidad de palabra, hicieron que se emocionara al hablar de ella y que al llegar a destino tuviera que decir: “A la vuelta os sigo contando”.
Hasta la 12, la hora fijada para la celebración de la Misa, tuvimos tiempo para almorzar, comprar suvenires y degustar de una buena repostería. La solemne Eucaristía fue presidida por el obispo emérito de Almería, Rvdo. Don José Villaplana, y auxiliado por el abad de la Colegiata de Xàtiva, así como los titulares de la parroquia y sacerdotes invitados.
Nos desplazamos a Barx para almorzar en el bar-restaurante la Font, conocido de Don Juan, en el que nos sirvieron un menú copioso, de cocina muy familiar, servido con prontitud y atendido por solícitos camareros.
Llegamos con tiempo para participar de la procesión y recrearnos de las representaciones o “milacres” que jalonan el recorrido: la recuperación de las llaves de la despensa del convento; la ocasión en que, orando, Cristo desprendió los brazos de su crucifijo y le dio un abrazo; el milagro del naranjo que crecía en posición invertida... También los arrebatos místicos de la Beata Inés (por nombre de nacimiento Josefa María Albiñana Gomar) son representados en distintas escenas.
Finalizada la procesión emprendimos viaje de regreso a Paterna, tiempo que aprovechó Don Juan para aclarar algunas preguntas relacionadas con la beata. Agradeció la asistencia de los 50 feligreses que respondieron a su invitación, al tiempo que nos recomendaba la devoción a la Beata porque cuando se la invoca, responde: “Beata Inés, on et criden ves” (“Beata Inés, donde te llamen ve”).