El pasado jueves día 3 durante la celebración de la Hora Santa, nuestro párroco, don Juan, impartió el retiro de cuaresma basando sus reflexiones sobre el don de Discernimiento. Don del Espíritu Santo que permite distinguir entre lo bueno y lo malo, saber elegir lo que cada día debemos hacer, adoptar la respuesta acertada, la mejor opción en una situación.
No olvidemos, continuó diciendo, que somos personas en camino, en movimiento, en proceso. Peregrinos que caminan hacia la patria celestial, y durante el trayecto debemos recordar las palabras del Eclesiastés: "Todo tiene su momento; todo lo que sucede bajo el cielo ocurre de acuerdo a un plan. Hay un tiempo para nacer y otro para morir; un tiempo para plantar y otro para arrancar las plantas. Hay un tiempo para matar y otro para sanar; un tiempo para destruir y otro para construir".
Unos tiempos que se deben vivir con serenidad y esperanza. No anclarse en el pasado sino vivir el ahora, el momento que el Señor nos regala hoy. Que no nos hundamos en tiempos de contrariedades ni nos alardeemos en tiempos de bonanza.
Preguntó si estamos abiertos a la novedad, a la esperanza, a la fe y en qué momento nos encontramos en nuestro proceso de conversión. Si andamos con los pasos del evangelio o estamos estancados. Que ser cristiano no solo es estar, es avanzar, es darse y si de verdad creemos que para Dios no hay nada imposible.
Hizo referencia al ciego Bartimeo que era un mendigo, con nombre, (el hijo de Timeo) que se sentaba al borde del camino y anhelaba tener un encuentro con Jesús! Al oír que venía, se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! - ¿Qué quieres que haga por ti?- "Raboni, que vea". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado" Bartimeo recuperó la vista y siguió a Jesús.
Jesús va a pasar por nuestro camino, nos llamará por nuestro nombre y nos preguntará también ¿ qué quieres que haga por ti? Señor que vea tu voluntad .En estos tiempos no podemos entrar en la desesperación que reina en el mundo. El Espíritu Santo nos sigue dando sus frutos para que sigamos sembrando esperanza. El don del discernimiento para que regalemos amor y confiemos en las palabras del Señor : " Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos."