Primera asamblea parroquial

El jueves 26 celebramos en el Centro Parroquial la primera asamblea parroquial.

Algo que debíamos haber comenzado a hacer desde hace tiempo, pero no es sencillo ni organizarlo, ni encontrar los tiempos, ni lograr la participación de todos.

En la Iglesia seguimos muy apegados a esquemas de hace mucho: el cura dice lo que tenemos que hacer, los laicos lo hacemos, y si surge una duda, ya la resolverá... el cura.

Esa no es la Iglesia que la Iglesia quiere, no es la Iglesia que la Iglesia escucha en la Escritura, en la oración, en el soplo del Espíritu Santo que le habla y la anima a seguir.

Desde el Concilio Vaticano II (1965) se está hablando de sinodalidad, de caminar juntos, y sin embargo sólo de a poco y en este milenio comienzan a surgir en la Iglesia estructuras sinodales.

Nuestra parroquia aportó este jueves a la sinodalidad de la Iglesia este pequeño gran paso.

Hay que reconocer que no vino mucha gente, 36 personas, sólo una parte de los que somos "fijos" de la parroquia. Y así, siendo pocos, hubo sin embargo un hermoso espíritu de variedad en las opiniones, un genuino interés por parte de todos de aportar su comprensión de las cosas.

D. Juan presentó el encuentro con una oración en común, y de la mano de un fragmento de la Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio, de Papa Francisco) nos fue conduciendo a comprender la importancia de comenzar a pensar la parroquia sinodalmente.

D. Ricardo, utilizando la hermosa imagen de 4 carpas o tiendas con las que acompañamos el caminar de Cristo, nos presentó el organigrama de la parroquia, para comprender dónde estamos ahora, qué tenemos, y qué hay que hacer fructificar.

La reunión se desarrolló según un cronograma riguroso, del que no nos desviamos, y fue posible tener casi una hora de debate por grupos para analizar debilidades y fortalezas de nuestra comunidad parroquial, así como amenazas y oportunidades frente a la tarea de evangelizar, de hacer presente a Cristo en nuestra Villa.

¿Y a qué va todo esto? ¿quedará en la anécdota de una reunión bonita, que acabó en una más bonita cena de bocadillo por nuestro patrono, San Pedro?

Intentaremos que no. Lo que viene ahora es retomar las conclusiones de los grupos, sumarle las que vayan haciendo llegar los distintos grupos y cofradías cuando trabajen el documento que se les hará llegar en septiembre, y con todo ello elaborar el plan pastoral 2026-2027, que será la herramienta para poner en movimiento evangelizador a cada uno de los participantes de la parroquia.

Todos responsables. Todos necesarios. Cada uno en la singularidad del llamado de Cristo.