La parroquia está recibiendo en este tiempo mucha gente nueva, que recién se incorpora a nuestras celebraciones. Eso es una alegría, pero también un desafío, porque a veces damos por conocidas costumbres de la parroquia que son originales o novedosas para quienes recién llegan.
Una de ellas, posiblemente, es el cirio de difuntos, una tradición que cultivamos en nuestra parroquia desde hace muchos años, pero que no se ve en todos lados.
Como afortunadamente todavía conservamos el señalar la presencia del Señor en el Sagrario con un cirio, y no con una lámpara eléctrica, cada año invitamos a toda la feligresía a adquirir un cirio (o más), y ponerle una etiqueta con los nombres de sus difuntos. Esos cirios se guardan luego en al parroquia, y se van utilizando semana a semana en el sagrario (aproximadamente se pone uno nuevo cada tres días), con lo que tenemos la certeza de que los nombres de nuestros difuntos estarán a los pies del Señor en algún momento del año.
La bendición de esos cirios se hace el día de difuntos (2 de noviembre) en la misa principal, y luego se guardan los cirios en sacristía. Los cirios se ponen a la venta en sacristía un par de semanas antes de la fecha.
Un detalle importante es que no podemos recibir cirios que no estén homologados con las normas europeas de seguridad, porque se encenderán en el templo sin que necesariamente haya alguien en el edificio, así que tienen que ser seguros. Por eso sólo aceptamos los cirios que ofrecemos en sacristía.
Este año de 2025 será un poco diferente, porque como la misa principal del día se celebrará excepcionalmente en el cementerio de Paterna, a donde se trasladará al Cristo de la Fe, no podremos hacer la entrega de cirios en la iglesia, pero los que lo hayan adquirido lo pueden dejar en sacristía para ofrecerlo al Cristo, o bien llevarlo al cementerio y entregarlo allí.
