La cuaresma dio comienzo en la Parroquia con la celebración de la Eucaristía e imposición de la ceniza. En la homilía nuestro párroco indicó que el verdadero espíritu de la penitencia cuaresmal radica en la oración, en la frecuencia de los sacramentos y en la limosna hecha realidad atendiendo las necesidades de los más necesitados.

En el ofertorio, los sacerdotes impusieron la ceniza, que por imperativo de las medidas sanitarias, la depositaron en la cabeza para evitar contactos. 

Al finalizar la Eucaristía D. Juan indicó que en la mesita de anuncios de la puerta de entrada había colocado unos "Detentes" con la inscripción de: " El corazón de Jesús está conmigo" para que al verlo colocado en la muñeca, nos invite a la oración y nos proteja contra el virus. 

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Texto: Félix Garrido Gil